
Y llegó, por fin, montado en su dragón celestial. Una flor de loto se abrió majestuosa para acoger su pie desnudo. En la diestra empuñaba una espada y en su mano izquierda sostenía la cápsula que iba a salvar a la humanidad de las tinieblas. Su llegada dio inicio a una nueva era, en la que la Verdad, la Sabiduría y la Luz reinarían la Tierra.
Otra de mis tríadas: Ilustración + microrrelato + música. Recomiendo disfrutar todo a la vez. Espero que te guste.
Lídia Castro Navàs